miércoles, noviembre 30, 2005

El descanso del guerrero

Y después del festín llegó la calma. Así se quedó el pollo hasta bien entrada la madrugada, momento en el cual se dedicó a sus rondas nocturnas por la casa, a olisquear la puerta de la calle en busca de extraños y a hacer esas cosas que sólo él se le ocurren.

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